lunes, 30 de mayo de 2016

67. Ráfagas mentales en Bolivia.



Ráfagas mentales en Bolivia.
                                                  
Bolivia es un estado donde lo increíble es parte de la vida diaria.


Bolivia, me atrevería a decir es el país más humilde de Latinoamérica,  el más precario de todos, pero en el fondo el más rico, por todo lo que tiene, por sus orígenes, por mantener la vela encendida de revolución, esa esperanza de apegarnos más a la madre tierra y desligarnos un poco del concepto actual de dinero.

Pueblos enteros de casas hechas con adobe….

La luna en Bolivia es mágica, es el lugar donde más tiempo hace las funciones de novia con el sol.
 
El “Che” dejo una semilla de revolución plantada en este lugar….



Son gente humilde, un poco fríos, tímidos, pero cuando abren su corazón, lo hacen de par en par.

En Bolivia me sorprendió de buena manera la comida popular, pues es variada y con una sazón especial, usan el picante como complemento de sabores y en los mercados se puede comer muy rico y con poco dinero. (Mención especial para la sopa de maní).




Acá todo mundo mastica hojas de coca,  en Perú ya era muy común, pero en Bolivia la gente tiene la excusa de la altura, y por ello es común ver a todo el mundo haciendo sus labores de la vida diaria con el cachete relleno de hojas de coca.


Bolivia es la capital de los perros callejeros, los cuales  por lo general son bastante amigables.

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El silencio en Bolivia se escucha (si se puede decir así) distinto al silencio de cualquier otro lado, con toques de paz y pureza que solo se pueden sentir en estas tierras.
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Para vivir este tipo de momentos, uno necesita liberarse, romper las cadenas y salir a disfrutar, o salir a viajar que es casi lo mismo.
Es un deleite andar por las carreteras, caminos y distintas vías de Bolivia, los paisajes son simplemente dignos de un sueño.


Mientras iba en el tren, Bolivia iba quedando atrás, como las imágenes de los paisajes que como diapositivas cruzaban las ventanillas.
Bolivia, un país del que no se habla mucho, pero que definitivamente tiene mucho que aprenderle.


 


Escrito por David Herrera El González.

domingo, 29 de mayo de 2016

65. Un desierto de sal en Bolivia.



Un desierto de sal en Bolivia.

Lo que estaba frente a mis ojos ha sido una de las cosas que más me han  impresionado en el viaje, era como estar en otro planeta, un planeta blanco hecho de sal.




Justamente cuando planeamos el viaje yo leí sobre un lugar único en Latinoamérica llamado el Salar de Uyuni;  también durante el trayecto en los distintos países varios viajeros estuvieron recomendando mucho, -vayan al salar. Así que una vez que estuvimos en Bolivia la ruta siempre estuvo trazada para cerrar en Uyuni.
El sábado 21 de Mayo en la mañana salimos desde el pueblo de Uyuni en una camioneta 4x4, la primera parada fue en un cementerio de trenes, luego de unos minutos salimos de regreso a la carretera  la cual lentamente comenzó a denotar ese color blanco a lo lejos. La camioneta de pronto dejo la carretera y entro en un camino de tierra,  de un instante a otro ya íbamos sobre una carretera de sal, donde no hay señales ni camino definido, solo los cerros y volcanes al fondo para ubicar a los conductores,  allí los colores comenzaron a diluirse y mi mente a confundirse al ver como el interminable color blanco se mezclaba con el azul del cielo, que a lo lejos en el horizonte no parecía tener ni comienzo ni final.
En algún punto hicimos nuestra primer parada dentro del salar, fue en una zona donde los visitantes dejan sus banderas y donde hay un hotel hecho de sal, el cual es muy impresionante, y más aún el panorama que desde las ventanas del hotel se alcanzaba a vislumbrar, luego volvimos a la camioneta y seguimos recorriendo un camino que parecía no tener ninguna dirección,  así estuvimos por más de una hora, impresionados por lo que se veía desde la ventanilla del automóvil, hasta que en algún punto nuestro guía se detuvo, se bajó del auto, reviso hacia donde iba el viento, y en eso dijo, que ese era el lugar idóneo para almorzar, estábamos en medio de la nada, en medio de un panorama donde todo era blanco. El guía comenzó a sacar mesas, sillas y en la parte trasera de la camioneta puso un par de cacerolas, mientras él hacia eso, los pasajeros tuvimos la oportunidad de tomar fotos y comenzar a jugar con las perspectivas del lugar; para cuando todo estaba listo pudimos degustar del día de campo más original de mi vida, comiendo quínoa (cereal típico de la zona),  verduras y chuleta de llama, la comida no tenía mucha sal, pero si alguno quería ponerle ese condimento solo había que raspar un poco el suelo y añadirle la cantidad que uno quisiera.


En lo personal me impactaron las formaciones de sal que delimitaban el suelo, parecía como si fuera una colmena de abejas, con esas mismas divisiones pero hechas simplemente por formaciones de sal que el viento había creado
Después de comer, proseguimos con el trayecto hasta la Isla de Incahuasi, un pequeño cerro creado por formaciones volcánicas donde curiosamente se elevan cientos de cactus y desde donde uno alcanza a ver la inmensidad del salar, allí en esa isla te dan la bienvenida unas banderas, y luego hay que pagar una cuota para poder subir. Después de recorrerla, decidimos ponernos a jugar un poco con las perspectivas mientras tomamos una gran cantidad de  fotos.  Ya para las cinco de la tarde volvimos a la camioneta, para luego hacer una última parada para ver el atardecer en ese lugar, los colores en el cielo eran inimaginables,  y el hecho de estar sentado sobre un terreno blanco hecho de sal admirando el espectáculo natural, represento una experiencia única. Ya cuando íbamos de regreso y dejamos el salar, de pronto se apareció una enorme luna llena detrás de un cerro, un cierre mágico para un día difícil de olvidar.

Me hubiera gustado hacer el tour hacia el interior del salar, el que dura cuatro días y que incluye visitas a lagunas de distintos colores, y formaciones naturales de sal,  pero con el tour de un día tuvimos una linda probadita de una experiencia que pareciera ser de otro mundo, una experiencia que a mi cerebro le costaba trabajo entender, donde muchas veces mi percepción divagaba vanamente en mi intento de asociar lo que estaba viviendo con alguna imagen del pasado.

“El Salar de Uyuni o de Thunupa con sus 10,582 km2, es el mayor desierto de sal del mundo. Existen aproximadamente 11 capas de sal, con espesores que varían entre dos y diez metros… Del salar de Uyuni que se estima que contiene unos diez mil millones de toneladas de sal, se extraen anualmente 25 mil toneladas de sal.”
                                                            
Agradecimiento para Marcos, por hacernos posible tomar el tour a un precio mucho menor, y por habernos tratado como si fuéramos conocidos de toda la vida invitándonos a desayunar unas salteñas, invitándonos una cerveza Paceña y hasta regalándonos su botella de agua. Una muestra de la calidad de los bolivianos.

Escrito por David Herrera El González.

28 de Mayo, 2016.

viernes, 27 de mayo de 2016

66. La Vecindad y Nuestro paso por Sucre.



La Vecindad y Nuestro paso por Sucre.

Bonita coincidencia para el proyecto de la Vecindad.


Estar en el taller de Juan era como entrar en un túnel del tiempo y volver a ser niños.

……..Coincidencias que pasan en el camino. De pronto un día al pasar por la plaza principal de Sucre nos encontramos con un letrero de un show de títeres, fuimos a preguntar un par de días después sobre el evento y por mera coincidencia resulto que estaba el joven que iba a hacer la presentación, Juan Rodriguez, argentino de nacimiento, pero que ya llevaba 20 años viviendo en Bolivia, quien había ido a la feria de San Marcos en Aguascalientes en el festival de títeres y quien desde el comienzo nos trató excelentemente bien, nos cedió tres de sus presentaciones de la semana y nos abrió las puertas de su casa y de su taller de marionetas, nos permitió investigar en su colección de libros y sobre todo de música, y nos brindó su amistad de la manera más auténtica.

*Fragmentos del diario.
Lunes 9 de Mayo, 2016.
El día previo a una presentación conlleva  momentos de desesperación, momentos en que uno cree que todo va a salir mal, pero a final de cuentas todo termina por acomodarse… Para cuando regresamos a la casa y vimos que cada vez era más tarde terminamos por descartar la opción de ir al centro a trabajar, para mejor quedarnos en la casa afinando los detalles de la presentación que íbamos a tener el siguiente día en el Jardín de niños  Colegio Schultt.  Todavía teníamos que terminar de escribir el guion de la obra que aunque ya estaba casi terminado en nuestras cabezas, todavía no estaba escrito en ningún lado, arreglar el atuendo de varios de los personajes, cortar el escenario de la vecindad y sobre todo hacer el traje de chapulín colorado quien andaba casi desnudo, pero las cosas en algún momento del ensayo suelen trabarse y hacerse difíciles, no terminábamos de ponernos de acuerdo con algunos diálogos, no terminábamos de acomodarnos para comenzar a hacer el primer intento de ensayar la obra sin frenarnos y sin estar leyendo, todavía nos reíamos como idiotas de algunas de las bromas que utilizábamos para el show, el cual había decidido que se llamara chow del chavo en honor a la letra “ch” que tan inteligentemente fue utilizada por Chespirito, pero seguíamos hablando de esas cosas sin sentido y de bromas absurdas en vez de enfocarnos bien en lo que realmente teníamos que hacer. Pero al final dimos un ensayo de corrido que no nos había salido muy bien, todavía con muchos detalles y cosas por mejorar y por recordar…



Martes 10 de Mayo, 2016.
…A juntar las marionetas, contadas una por una hasta completar las 10 (no queríamos que nos pasará algo como lo de mi pobre angelito), a doblar las telas negras para tapar el escenario que nos había prestado Juan, así como a desarmar los tripees, así como ya salir, Julieta y yo, vestidos caracterizados como el chavo y la chilindrina. Salimos a las nueve pasadas, fuimos a la avenida con todas las cosas, y paramos un taxi, para antes de las 10 ya estábamos en la escuela, teníamos tiempo suficiente de preparar el escenario y prepararnos nosotros para la presentación que comenzaba a las 10:30.   Por primera vez estábamos usando un escenario más profesional, menos improvisado, con telas negras que nos había prestado Juan. Poco después de las 10:40 nos dieron aviso que ya era hora de comenzar, Julieta y yo nos fuimos al baño a terminar con los detalles de nuestras caracterizaciones del chavo del ocho y de la chilindrina, nos pusimos las últimas pecas, y comenzamos el acto, saliendo caminando y actuando nosotros dos, hasta que se apareció la marioneta del chapulín colorado, manejada por Luis, y nos dio unas pastillas de chiquitolina para convertirnos en un par de marionetas más. Al final se escucharon varias risas y durante un rato pareció ir muy bien, aunque al final los niños de entre 4 y 6 años terminaron por distraerse un poco, pero todo salió muy bien.
Después del show estuvimos recogiendo el escenario y conviviendo un poco con los niños, al final nos pagaron y todo salió muy bien.

Domingo 15 de Mayo, 2016.
Nuestra idea era bajar no tan tarde para repartir los últimos volantes que nos habían quedado, pero en eso Juan propuso que hiciéramos los tacos, así que al final nos quedamos cocinando, pero cuando fuimos a comprar las cosas al mercado nos fuimos platicando la obra y lo que le podíamos añadir o mejorar; luego regresamos a cocinar, Juan llego con su hija Joaquina a comer, los tacos quedaron bastante ricos, con su salsita, su guacamole y con tortillas de harina. Luego bajamos los cinco al centro en un taxi, Juan nos ayudó a poner las luces y el sonido, pero luego se fue, así que quedamos nosotros y le pedimos a Eleonor, la chica de la Alianza, que nos apagara la luz cuando nos tomamos las pastillas de chiquitolina.  El show salió mucho mejor, con algunas cosas nuevas, con una despedida diferente, y con la gente felicitándonos y tomándose fotos con la vecindad. En la noche regresamos a casa de Juan, Luis se compró unas cervezas y estuvimos allí de muy buen humor festejando que nos había ido bien en la presentación y aunque no hubo mucha gente, si pudimos presentar algo de mayor calidad.



Escrito por David Herrera El González.

23 de Mayo, 2016.