La Vecindad y Nuestro paso por Sucre.
Bonita coincidencia para el proyecto de la Vecindad.
Estar en el taller de Juan era
como entrar en un túnel del tiempo y volver a ser niños.
……..Coincidencias que pasan en el camino. De pronto un día
al pasar por la plaza principal de Sucre nos encontramos con un letrero de un
show de títeres, fuimos a preguntar un par de días después sobre el evento y
por mera coincidencia resulto que estaba el joven que iba a hacer la
presentación, Juan Rodriguez, argentino de nacimiento, pero que ya llevaba 20
años viviendo en Bolivia, quien había ido a la feria de San Marcos en
Aguascalientes en el festival de títeres y quien desde el comienzo nos trató
excelentemente bien, nos cedió tres de sus presentaciones de la semana y nos
abrió las puertas de su casa y de su taller de marionetas, nos permitió
investigar en su colección de libros y sobre todo de música, y nos brindó su
amistad de la manera más auténtica.
*Fragmentos del diario.
Lunes 9 de Mayo, 2016.
El día previo a una presentación
conlleva momentos de desesperación,
momentos en que uno cree que todo va a salir mal, pero a final de cuentas todo
termina por acomodarse… Para cuando regresamos a la casa y vimos que cada vez
era más tarde terminamos por descartar la opción de ir al centro a trabajar, para
mejor quedarnos en la casa afinando los detalles de la presentación que íbamos
a tener el siguiente día en el Jardín de niños
Colegio Schultt. Todavía teníamos
que terminar de escribir el guion de la obra que aunque ya estaba casi
terminado en nuestras cabezas, todavía no estaba escrito en ningún lado,
arreglar el atuendo de varios de los personajes, cortar el escenario de la
vecindad y sobre todo hacer el traje de chapulín colorado quien andaba casi
desnudo, pero las cosas en algún momento del ensayo suelen trabarse y hacerse
difíciles, no terminábamos de ponernos de acuerdo con algunos diálogos, no
terminábamos de acomodarnos para comenzar a hacer el primer intento de ensayar
la obra sin frenarnos y sin estar leyendo, todavía nos reíamos como idiotas de
algunas de las bromas que utilizábamos para el show, el cual había decidido que
se llamara chow del chavo en honor a la letra “ch” que tan inteligentemente fue
utilizada por Chespirito, pero seguíamos hablando de esas cosas sin sentido y
de bromas absurdas en vez de enfocarnos bien en lo que realmente teníamos que
hacer. Pero al final dimos un ensayo de corrido que no nos había salido muy
bien, todavía con muchos detalles y cosas por mejorar y por recordar…
Martes 10 de Mayo, 2016.
…A juntar las marionetas,
contadas una por una hasta completar las 10 (no queríamos que nos pasará algo
como lo de mi pobre angelito), a doblar las telas negras para tapar el
escenario que nos había prestado Juan, así como a desarmar los tripees, así
como ya salir, Julieta y yo, vestidos caracterizados como el chavo y la
chilindrina. Salimos a las nueve pasadas, fuimos a la avenida con todas las
cosas, y paramos un taxi, para antes de las 10 ya estábamos en la escuela,
teníamos tiempo suficiente de preparar el escenario y prepararnos nosotros para
la presentación que comenzaba a las 10:30.
Por primera vez estábamos usando un escenario más profesional, menos
improvisado, con telas negras que nos había prestado Juan. Poco después de las
10:40 nos dieron aviso que ya era hora de comenzar, Julieta y yo nos fuimos al
baño a terminar con los detalles de nuestras caracterizaciones del chavo del
ocho y de la chilindrina, nos pusimos las últimas pecas, y comenzamos el acto,
saliendo caminando y actuando nosotros dos, hasta que se apareció la marioneta
del chapulín colorado, manejada por Luis, y nos dio unas pastillas de
chiquitolina para convertirnos en un par de marionetas más. Al final se
escucharon varias risas y durante un rato pareció ir muy bien, aunque al final
los niños de entre 4 y 6 años terminaron por distraerse un poco, pero todo
salió muy bien.
Después del show estuvimos
recogiendo el escenario y conviviendo un poco con los niños, al final nos
pagaron y todo salió muy bien.
Domingo 15 de Mayo, 2016.
Nuestra idea era bajar no tan
tarde para repartir los últimos volantes que nos habían quedado, pero en eso
Juan propuso que hiciéramos los tacos, así que al final nos quedamos cocinando,
pero cuando fuimos a comprar las cosas al mercado nos fuimos platicando la obra
y lo que le podíamos añadir o mejorar; luego regresamos a cocinar, Juan llego
con su hija Joaquina a comer, los tacos quedaron bastante ricos, con su
salsita, su guacamole y con tortillas de harina. Luego bajamos los cinco al
centro en un taxi, Juan nos ayudó a poner las luces y el sonido, pero luego se
fue, así que quedamos nosotros y le pedimos a Eleonor, la chica de la Alianza,
que nos apagara la luz cuando nos tomamos las pastillas de chiquitolina. El show salió mucho mejor, con algunas cosas
nuevas, con una despedida diferente, y con la gente felicitándonos y tomándose
fotos con la vecindad. En la noche regresamos a casa de Juan, Luis se compró
unas cervezas y estuvimos allí de muy buen humor festejando que nos había ido
bien en la presentación y aunque no hubo mucha gente, si pudimos presentar algo
de mayor calidad.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguk2SsFcvDbzZ1ZSwQuut5lYXVzTjTEzN23fOPcGxBj1rVJmADW8ADoDZxGJ8zBpqGpD3zFk21rRbmtxAJS7aIoVTKFoZKLqt7zt9Dv2I8oRl2rWSRUv8-Yaj4iIxCGr3264m2pkbOozU/s320/vecindad.jpg)
Escrito por David
Herrera El González.
23 de Mayo, 2016.
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